Esta es la causa principal de los problemas con
los que se enfrenta hoy nuestra fauna no solo a nivel nacional, sino a nivel
mundial, ya que se estima que éste acto ilícito es el tercero a nivel mundial
después del tráfico de drogas y el de armas, hecho que debería alarmarnos, pues
esta actividad proporciona dinero a traficantes y gente inescrupulosa que utiliza
a la fauna de manera cruel, engañando a la población que en su mayoría
desconoce el origen de estos animales y las formas que reutilizan para
atraparlos.
Esta actividad se divide en dos grandes grupos,
el primero es el comercio y venta ilegal de especies silvestres vivas, con el
fin de ser ofrecidos a personas que quieran tenerlos en sus hogares como
animales de compañía. El segundo es la venta de derivados o subproductos de las
especies silvestres como ser: animales disecados, partes de animales, pieles,
plumas, cueros y otros.
Es así que año que pasa esta actividad se ha
vuelto común en nuestro medio, ante nuestros ojos y ante los ojos de las
entidades que deberían proteger la fauna del país, demostrando una marcada
indiferencia.
Si no se toma conciencia ante este delito
ambiental, pronto seguiremos contribuyendo a desencadenar una crisis ecológica
por el desequilibrio de la biodiversidad y seremos responsables de las
consecuencias que no solo se están presentando a nivel ambiental, sino también
a nivel de salud en los humanos.
Esta es la causa principal de los problemas con
los que se enfrenta hoy nuestra fauna no solo a nivel nacional, sino a nivel
mundial, ya que se estima que éste acto ilícito es el tercero a nivel mundial
después del tráfico de drogas y el de armas, hecho que debería alarmarnos, pues
esta actividad proporciona dinero a traficantes y gente inescrupulosa que
utiliza a la fauna de manera cruel, engañando a la población que en su mayoría
desconoce el origen de estos animales y las formas que reutilizan para
atraparlos.
Esta actividad se divide en dos grandes grupos,
el primero es el comercio y venta ilegal de especies silvestres vivas, con el
fin de ser ofrecidos a personas que quieran tenerlos en sus hogares como
animales de compañía. El segundo es la venta de derivados o subproductos de las
especies silvestres como ser: animales disecados, partes de animales, pieles,
plumas, cueros y otros.
Cabe destacar que es muy difícil hacer una
cuantificación de cuantos animales silvestres son vendidos tanto vivos como
también subproductos de los mismos, puesto que a la fecha no se ha podido hacer
una cuantificación por distintas razones, sin embargo respecto a lo que
tenencia de especies silvestres, nuestra organización ha podido realizar una
estimación de que por cada 10 hogares, uno posee alguna especie silvestre en
cautiverio, siendo el género de los psittácidos (parabas y loros), uno de los
más preferidos y deseados.
Es así que año que pasa esta actividad se ha
vuelto común en nuestro medio, ante nuestros ojos y ante los ojos de las
entidades que deberían proteger la fauna del país, demostrando una marcada
indiferencia.
Si no se toma conciencia ante este delito
ambiental, pronto seguiremos contribuyendo a desencadenar una crisis ecológica
por el desequilibrio de la biodiversidad y seremos responsables de las
consecuencias que no solo se están presentando a nivel ambiental, sino también
a nivel de salud en los humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario